lunes, 8 de julio de 2013

"Un cuento de sueños y misterio.

25 de abril 
6:45 P.M. 
Estoy en la oficina, el lento pasar de las horas es algo desesperante, ya quiero salir de este lugar y aún faltan dos horas para que termine mi turno, estoy exhausto he estado aquí por ocho horas, ya incluso estoy comenzando a odiar las paredes de mi cubículo. Que mi teléfono no suene es algo deprimente.
-¿Nadie quiere hablar conmigo? 
No acostumbro a comunicarme con mis familiares o conocidos pero una llamada de alguno de ellos no haría daño a nadie, aunque sea para hacerme llegar la noticia de una tragedia, cualquier cosa para matar el tiempo. Ya sé, llamaré a mi esposa, tiene que estar haciendo algo interesante sola en casa. Aunque lo dudo, después de la muerte de Jake no ha vuelto a ser la misma. Aún está como en estado de shock y le noto algo paranoica. No me preocuparé por ella, sé que es una mujer fuerte.
-Bueno, déjame llamarla.
Meto mi mano en el bolsillo e inmediatamente me doy cuenta que me equivoqué de bolsillo (algo a lo que ya estoy acostumbrado, por lo que no me afectó) reviso el otro bolsillo esperando coger mi celular y me sorprendo al ver que no estaba ahí.
-¿Dónde diablos lo dejé?
Me reviso el chaleco y tampoco está ahí. Al darme cuenta que no estaba ni en mis bolsillos del pantalón ni en los del chaleco, comienzo a sacar conclusiones apresuradas.
-¡Me lo robaron!
Lo dije tan alto que segundos después llego José a mi cubículo.
José-¿Qué te robaron?
-El celular.
José-¿Estás bien?
-Si, ¿Por qué?
José-Tu celular esta justo ahí, al lado de tu computadora.
Miré inmediatamente hacia la computadora y me quedo con cara de estúpido. Ahí estaba.
-Gracias José.
José-Estas cansado, tienes como doce horas aquí.
-Si, creo que estar aquí me está volviendo loco.
José-A todos. (Con un tono burlón)
Finjo una risa, ¿Eso se suponía que era un chiste?
-Si, terminaremos todos locos.
José-Bueno, tengo que seguir trabajando debo entregar un informe para mañana.
Mientras se alejaba, lo miraba fijamente, como un cazador a su presa, me caía mal José. Había llegado hace poco tiempo y ya tenía un puesto superior al mío (que tengo cuatro años trabajando aquí). Supongo que era envidia... Pero la ocultaba, suelo guardarme ese tipo de cosas para mí.
-Tanto pensar en José que casi me olvido de llamar a Lucía.
Tome mi celular del escritorio, y mientras marcaba lentamente los números, me sentí adormecido... Cuando miré el reloj eran las 8:56, ¿Cómo ha pasado el tiempo tan rápido?, y aún no había llamado a Lucía. Termine de marcar su número y procedí a tocar el botón de llamada. Mientras sonaba el típico "ring" de llamada, pensaba en qué decirle. Pasaban los segundos y no respondía, cuando por fin contesto.
Lucía-Te estoy esperando, te tengo una sorpresa.
(Intrigado por esa "sorpresa" dije lo siguiente)
-¿Qué es? ¿Es comida? ¿Es un regalo?
Lucía-No te desesperes, ya lo descubrirás.
Luego colgó, me quede sin palabras por el hecho de que haya colgado pero al mismo tiempo estaba emocionado por la "sorpresa". Mire el reloj, marcaba las 9:00... Tomé mi maletín y procedí a salir de la oficina, escogí el ascensor para llegar lo más rápido posible a casa. En el ascensor había una señora de unos sesenta y dos años, cuidada, con un aire de grandeza envolviéndola, su físico estaba mantenido a la raya, parece que hacía ejercicios cardiovasculares.
Señora-¿Va arriba o abajo?
-Disculpe.
Señora-Usted, ¿se dirige a la planta baja o se dirige hacia arriba?
-Oh, me dirijo al parqueo.
Señora- Pues vamos para abajo.
Mientras íbamos descendiendo, no podía dejar de pensar en la sorpresa. ¿Qué sería?, faltaban meses para nuestro aniversario y mi cumpleaños había pasado hace dos meses. No tenía idea de cuál podría ser el motivo de esa "sorpresa”. Antes de que me diera cuenta ya se estaba abriendo la puerta del ascensor en el parqueo. Salí un poco apresurado mientras la señora de quedo dentro del ascensor. Antes de que se cerrarán las puertas la señora exclamo:
Señora-Disfruta de la sorpresa.
No me dio el tiempo a verla, pues las puertas se habían cerrado, pero tenía por seguro que ella había dicho eso, ¿Cómo sabía de la sorpresa?
Seguramente pensé en voz alta, esa fue mi conclusión, estaba demasiado emocionado como para pensar mucho en las palabras de la señora. Avance hasta mi auto y abandoné el edificio. Camino a casa tengo que pasar por una avenida en la que residen muchas personas de clase baja. Mientras iba por esa avenida podía observar a las prostitutas en las esquinas.
-Que manera de ganarse la vida.
Eso dije, no pensé en el hecho de que tal vez tengan que subsistir de lo que ganan siendo prostitutas o que tal vez lo hacen para poder enviar a sus hijos a la escuela. Nunca he mostrado ningún tipo de apeno a las tragedias y los problemas ajenos.
Faltaban solo minutos para llegar a casa, cuando veo a un señor sosteniendo un letrero en una esquina, al acercarme a él pude leer claramente lo que decía, la palabra "Sorpresa" estaba escrita con grandes letras de color rojo sangre .. Trate de relacionarlo con mi sorpresa pero era imposible, simplemente estaba agarrando un letrero que decía sorpresa, no es algo de otro mundo, es decir no es algo normal pero no puede estar vinculado a mi sorpresa. O tal vez sí. Me estacioné frente a él, baje la ventanilla y le dije:
-Señor, ¿A qué se debe ese cartel que tiene?
Señor-Espera a llegar a casa. (Me miro con unos ojos que parecían estar poseídos por el mal y fue lentamente armando una sonrisa malévola)
Antes de poder decirle algo, huyó, salió corriendo a toda velocidad y se infiltró en un patio vecino.
-¿Qué diablos está pasando?
La señora del ascensor y este hombre con el letrero, o todo el pueblo sabe de la sorpresa o Lucía ha planeado algo grande e importante.
Arranque en dirección a mi casa, cuando estaba doblando en la esquina de mi calle, comenzó a sonar una canción en la radio que consideraba como mi favorita cuando era joven. Mientras crecí fui entendiendo su significado y comenzó a disgustarme.
-¡Qué recuerdos!
Estaba frente a mi casa, estacione el auto y camine despacio hasta la puerta, mi corazón se aceleraba, comenzaba a sentir el sudor brotar por mi piel, estaba emocionado.
Al abrir la puerta note que no había nada especial en la entrada, me dirigí a la sala y no había nada especial ahí tampoco, estaba oscuro y comencé a percibir un exquisito olor que provenía del comedor, me dirigí hasta el comedor y me sorprendí al ver a mi esposa con un banquete en la mesa y usando ese hermoso vestido que le regale de cumpleaños.
Lucía-Querido por fin has llegado, espero que disfrutes esto.
-Mi amor, gracias. (Y la bese como de costumbre)
En serio estaba agradecido, después de un largo día de trabajo, esta es la mejor recibida que me podrían haber dado.
Lucía-Esta no es la sorpresa, la sorpresa es para más tarde.
Estaba tan contento con lo de la cena que no le di mucha importancia al hecho de que me aguardaba la verdadera sorpresa.
Procedimos a cenar.
Mientras comía... Sentía lentamente como si estuviera perdiendo el conocimiento… Me desmayé.
Al recuperar la consciencia, estaba atado a unas de las tuberías del sótano… Pensé que era un simple jueguíto sexual que me haría Lucía... Que esa sería por fin la sorpresa.
Pero algo inesperado paso.
Escuché como se abría lentamente la puerta que dirigía al sótano y lo próximo que vi fue a Lucía que bajaba por las escaleras con un paso lento y en su mano sosteniendo un cuchillo.
Narrador: Cariño, ¿Qué piensas hacer con ese cuchillo?
Lucía-¿Me consideras estúpida?, lo sé, lo sé todo.
-¿Esto es una broma cierto?
Lucía-¿Broma?, eres increíble, sabes lo que hiciste y aún así actúas como si no lo supieras.
-¿Y qué fue eso que hice?
Lucía-Mataste a mi único hijo (su rostro se estaba enrojeciendo y con una mirada que influía terror a cualquiera, se acercó despacio y se podía ver lo firme que estaba sosteniendo ese cuchillo)
-Por el amor de Dios, Lucía sabes que Jake murió por su condición (Jake nació con una enfermedad con un nombre que no recuerdo, los doctores nos dijeron que en el mejor de los casos el viviría 6 años y bastante resistió pues vivió 5)
Lucía- A mí no me engañas, sé que fuiste tú.
Se acerco a mí apretando fuertemente el cuchillo con su mano izquierda.
-Lucía, por favor dime que esto es una broma.
Lucía- Déjate de tus payasadas, me pagarás por la muerte de mi hijo.
-Lucía aleja ese cuchillo.
Lucía- Nunca lo amaste, desde que nació hasta el día que lo mataste ¡Maldito!
-Claro que lo amé, como cualquier padre ama a sus hijos, Jake es lo más hermoso que me ha pasado en la vida.
Lucía-Canalla, como puedes hablar así de él después de matarlo.
Se estaba enojando, comenzó a sobresalir esa vena que tiene en la frente. (Cosa que solo pasa cuando se enoja)
Lucía-Dime la verdad, ¿Qué pasaba por tu mente cuando lo hiciste? ¿Pensaste en como esto me afectaría?
-Te juro que no lo mate, ¿Cómo puedes pensar que he sido capaz de algo así?
-¡Ya me harte!
Comenzó a elevar su brazo izquierdo y cuando alcanzo la altura máxima lo dejo caer con una velocidad suficiente como para perforar mi cuerpo.
-¡¡NOOOOOO!!
Clavó el cuchillo en mi hombro y lo retiró rápidamente, causándome así más dolor. Podía sentir la sangre recorrer esa zona.
-¡Estás Loca!
Lucía-Lo pagarás. (Su rostro estaba alterado, nunca la había visto mostrar tanta rabia y enojo)
Elevo nuevamente su brazo mientras yo gritaba y pedía piedad, esta vez apuntó a matarme, dejo caer su brazo con una fuerza descomunal.
Mientras veía ese cuchillo venir, pude ver mi vida pasar frente a mis ojos, vi cosas como ese cumpleaños en el que el tío Frank me regalo mi primera bicicleta, ese 15 de noviembre, el día en el que le prometí amor eterno a Lucía, el 28 de julio, el día que nació Jake. Solo aprecie esos momentos hermosos mientras el cuchillo avanzaba en dirección a mi corazón.
Finalmente, Lo enterró.
Desperté, estaba empapado de sudor y aún me encontraba en la oficina con el celular en la mano y el número de Lucía a medio marcar, aliviado y al mismo tiempo pensando en lo rara que había sido mi pesadilla, pero no podía estar más contento porque solo había sido un sueño.
Complete su número y la llame.
-Hola Cariño, no sabes lo feliz que estoy de escuchar tu voz, ¿Qué haces?
Lucía-Quiero que llegues pronto a casa, estoy armándote una sorpresa.
FIN. 


Autor: Jean Emil Rodriguez Gaton https://www.facebook.com/jean0312

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